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lunes, 11 de enero de 2010

Don Diego López Pacheco Duque de Escalona


Marqués de Villena, conde de Xiquena y duque de Escalona) (1640-1642)

Este personaje pertenecía a una de las familias más aristocráticas de España. Era gente de armas y de letras, educado en la Universidad de Salamanca y sirvió en los Tercios españoles en donde llegó al grado de coronel de infantería.
Era joven, alegre y le gustaban las fiestas y diversiones. Recibió las órdenes para venir como virrey en enero de 1640; llegó a Veracruz a fines de junio del mismo año, pero allí se entretuvo por los festejos con que fue recibido, haciendo su entrada ceremonial en México hasta el 28 de agosto.

Diego López Pacheco, segundo del nombre e hijo primogénito del segundo matrimonio de su padre con doña María Portocarrero, fue vecino de Toledo, segundo Marqués de Villena, segundo Duque de Escalona, Pretenso Maestre de Santiago, Capitán General en la guerra de Granada (donde fue herido) y Señor de los grandes estados de su casa. Se halló en las capitulaciones que se hicieron con los moros al entregar éstos la ciudad de Granada.

Y por privilegio Real otorgado en aquella vega el 4 de Diciembre de 1491, le hicieron merced los Reyes Católicos de las villas de Serón y Tíjola y sus tierras, cesando en el título de Marqués de Villena por haberlo incorporado a la Corona aquellos Monarcas, a pesar de las diligencias que don Diego López Pacheco hizo para que le fuera restituido. Pero aunque los Reyes Católicos no accedieron a esa restitución, los Señores de esta casa siguieron usando entre sus títulos honoríficos el de Marqués de Villena.

El repetido don Diego casó dos veces: la primera, en tiempos del Rey don Enrique IV, con doña María de Luna, Condesa de San Esteban de Gormaz, llamada Juana de Luna en algunas memorias por confundirla con la primera mujer de su padre (hija de Juan de Luna, segundo Conde de Santistesteban, y nieta de Condestable don Alvaro de Luna), y la segunda vez, con doña Juana Enríquez, vecina de Toledo (hija de Alonso Enríquez, tercer Almirante de Castilla y Conde de Melgar, y de su mujer la Condesa doña María de Velasco).

Por este segundo casamiento, los Reyes Católicos hicieron a los contrayentes nueva merced y confirmación del señorío de Escalona, ratificándoles el título de Duques de dicha villa.

Del primer matrimonio de don Diego López Pacheco con doña María de Luna nació: Juan Pacheco de Luna, que fue tercer conde de Santisteban. Aunque murió sin sucesión, quedó incorporado a esta casa de Pacheco el Condado de Santisteban. Además de los hijos tenidos don Juan Pacheco en sus matrimonios, tuvo otros frutos de su relación con Dña. Catalina Alfón de Lodeña. Entre ellos destaca, la hija mayor, de esta unión, la varonil Dña. Beatriz Pacheco, que llegaría a ser Condesa de Medellín.

En Veracruz se dio cuenta de la imperiosa necesidad de reforzar la Armada de Barlovento, ante la presencia constante de barcos corsarios. Intensificó la construcción de naves de guerra, fundición de cañones y hechura de municiones, aparejos y pólvora y obtuvo que buques de línea de las bases de La Habana y Cartagena pasaran a formar parte de dicha armada.

Desgraciadamente los sucesos y las intrigas perjudicaron mucho al virrey, ya que en Portugal se produjo una sublevación para separarse de España y ocurrió que el duque de Braganza encabezara dicha revuelta alzándose como rey de Portugal. Braganza era primo hermano del virrey, por lo que sobre éste inmediatamente recayeron sospechas insidiosas de que quería levantarse con la Nueva España en apoyo de los portugueses.

El virrey, para hacer desaparecer la murmuración, hizo que los portugueses residentes en Nueva España se presentasen ante las autoridades para ser vigilados estrechamente, pero ni esta medida dio resultado; las intrigas y sospechas siguieron y aumentaron.

El obispo don Juan de Palafox y Mendoza, quien tenía cierta amistad con el virrey puesto que viajaron juntos de España a Veracruz, fue quien encabezó las acusaciones en calidad de visitador real. Palafox, que era titular del obispado de Puebla y residenció al virrey marqués de Cadereyta, se prestó a servir de instrumento a la Audiencia de México, a los ricos comerciantes y al populacho, para acusar insistentemente al virrey marqués de Villena de tener nexos con los rebeldes portugueses.

El 9 de junio de 1642 el arzobispo Palafox hizo rodear el palacio con guardias, a la medianoche, notificándole al marqués de Villena que había cesado en el cargo, que el propio arzobispo asumía para seguridad del reino con el embuste de que tenía las órdenes en la mano, las que nunca mostró. El virrey se retiró al convento de Churubusco y de allí a San Martín Texmelucan, en donde estuvo algunos meses tratando de arreglar asuntos personales puesto que el arzobispo-virrey, arbitrariamente, hizo que le fueran confiscados sus bienes y vendidos en pública subasta.

Aprovechó la salida de una flota hacia España y embarcó en Veracruz, Se presentó en la Corte, fue recibido por el rey quien le dio la razón en sus quejas y quiso reponerlo en el gobierno de la Nueva España, pero Villena ya no aceptó. Se le dio en parte el dinero que había perdido con la confiscación de sus bienes y fue enviado como gobernador primero a la isla de Sicilia y después al reino de Navarra, muriendo en Pamplona el 27 de febrero de 1653.

Los reyes enviaron a Jorge Manrique como capitán de las Hermandades de Toledo, a Pedro Ruiz de Alarcón y a Pedro Fajardo, Adelantado de Murcia, a conquistarlas, y fue precisamente frente al castillo de Garcimuñoz donde Jorge Manrique fue herido de muerte, aunque su fallecimiento tuvo lugar en una población cercana llamada Santa María del Campo Rus donde tenía instalado su campamento.

En 1480 un acuerdo entre los Reyes Católicos y Diego López Pacheco dejó definitivamente conformado el señorío que incluía así el ducado de Escalona, los condados de San Esteban de Gormaz y Xiquena, el marquesado de Belmonte, los señoríos de Alarcón, Jorquera -con el puerto seco de Alcalá del Río Júcar- Castillo de Garcimuñoz, Tolox. Monda, Serón y Tijola, además de importantes rentas.

Termina la contienda y el patrimonio de Don Diego López Pacheco sufrirá una importante merma: Garcimuñoz será segregada como parte de la herencia correspondiente a una hija del segundo matrimonio del antiguo marqués, que era nieta del Condestable Don Pedro Fernández de Velasco, Doña Mencía Pacheco.

Aquí termina la importancia guerrera del Castillo de Garcimuñoz. Posteriormente seguirá siendo importante como villa principal del señorío de los Marqueses de Villena, Duques de Escalona.

Gracias por leerme
luismgon

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